
Fortune Dragon
Hace mucho tiempo, durante el Año Nuevo Lunar, un aldeano de buen corazón se topó con un dragón herido. Cuidó del dragón hasta que recuperó la salud. En agradecimiento, el dragón se reveló como una deidad de la prosperidad y la suerte.
Para honrar a este Dragón de la Fortuna, se colgaron linternas de colores y el sonido de los petardos resonó por todo el pueblo, mientras oraban por bendiciones y prosperidad. Al filo de la medianoche, el dragón radiante se elevó por encima, sus relucientes escamas doradas iluminaron el cielo nocturno y derramaron bendiciones sobre los aldeanos.
Esta historia del Dragón de la Fortuna se convirtió en una querida leyenda del pueblo. Cada Año Nuevo Lunar se celebran ceremonias en su honor, con esperanzas de felicidad, salud y un clima favorable para el próximo año.